¿UN NUEVO AGOSTO INHÁBIL?
El pasado Julio de 2011, en plena negociación del Acuerdo Laboral, los representantes de la futura/actual empresa, nos sorprendieron afirmando que debíamos darnos prisa si queríamos cerrar un acuerdo, dado que el mes de Agosto era inhábil, lo que hizo correr rios de tinta.
Sin embargo, ya en la nueva empresa hemos comprobado que ciertamente el mes de Agosto es el preferido de Kutxabank para que la mayor parte de la plantilla disfrute de las merecidas vacaciones anuales, habiendo devuelto cuadros para rehacer por considerar que eran pocas las personas que pretendían disfrutar ese mes.
Está claro que las preferencias hacia ese mes son distintas, dependiendo de las “obligaciones familiares”. Esto es, si se tienen o no hijos en edad escolar, lo que hace que esta medida para algunas personas que no pillaban turno hasta hora, pueda ser de agradecer.
Sin embargo, tanta diligencia a la hora de fijar los cuadros de vacaciones, desaparece a la hora de poner el marco a los mismos, obviando cubrir en muchas oficinas los desaguisados que la norma mal entendida produce. Y no es que pretendamos que el mes de Agosto se cierre Kutxabank, como hacen algunas empresas. Pero el cierre de determinadas oficinas que tiene otras cercanas que pueden prestar el servicio, no estaría de más planteárselo de una forma seria y objetiva, sobre todo en aquellas localidades en que el clima y las vacaciones, hacen desaparecer a la clientela.
Dada esta situación, hemos creido conveniente que nuestros sufridos suscriptores puedan llevarse un año más, y van más de 30, un ejemplar lo más refrescante posible a la playa, al monte o a donde vayan de vacaciones y los que estén al pie del cañon puedan hacer alguna risa, en medio de la negra situación que nos quieren hacer vivir.
No pretendemos ni más ni menos. Si conseguimos una sola sonrisa que nos distienda el ánimo, nos va a reconfortar con nosotros mismos y con nuestras personas más cercanas, habremos conseguido nuestro objetivo. Lo necesitamos todos tanto por lo que estamos viviendo como por lo que, dicen, nos espera.
Y vamos a necesitar un buen estado de ánimo para hacer frente al devenir, sin falsos optimismos, pero siendo conscientes de que entre todos podemos modelar ese futuro. Eso sí, tenemos que dejar un poco de lado el “sentimiento” individual, ese “mirarnos el ombligo” y plantearnos el colectivo. Nuestro futuro pasa por ser solidarios con nosotros mismos y con el resto de las cinco mil y pico personas que componemos esta plantilla.
Solo así saldremos adelante.
Dado el impasse en el que en estos momentos estamos, disfrutad, cargad pilas y venid preparados para afrontar un otoño que seguro que traerá más novedades.