Editorial #243: Un nuevo tiempo

(Euskarazko bertsioa hemen)

Tras la vuelta de vacaciones de un inhábil mes de agosto, ya estamos finalizando septiembre. Todo sigue igual de mal a como estaba, aunque, eso sí, la percepción parece distinta. Incluso en Kutxabank están encantados de los resultados obtenidos en el primer semestre, a pesar de la sordina que le ponen.

Tras el desboque de primeros de mes que daba pábulo a todo tipo de rumorología relacionada con las cuestiones laborales que fijaban fechas para traslados, EREs, despidos, más prejubilaciones, compras, ventas, etc., el agua parece estar volviendo a sus cauces. Y será entonces cuando vengan las noticias de verdad.

En el terreno sindical tenemos un Acuerdo Laboral que sirve de tránsito hasta que negociemos un nuevo convenio que reemplace a los existentes en kutxa y Vital y al que está, dicen, en vías de extinción en bbk por la famosa cláusula de ultraactividad de los convenios, que le da vida hasta julio de 2013.

Sin embargo las negociaciones siguen en el punto muerto en que estaban allá por el mes de mayo, entre la postura de fuerza de la empresa y unos sindicatos incapaces de funcionar con el sentido común de los tiempos que estamos viviendo. Seguimos anclados en un pasado que no va a volver y en una acción sindical que requiere una renovación importante.

Ni la empresa, ni Euskadi, ni España, ni Europa, ni la economía se parecen en nada a lo que éramos todos hace 30 años.

Y sin embargo muchos parecen seguir funcionando como si nada hubiese cambiado.

Hay quienes teniendo una representación importante otorgada por los trabajadores, siguen desentendiéndose del día a día, refugiándose en lo macro para justificar la impotencia ante unos tiempos revueltos, bien porque no pueden o no saben cómo enfrentarlos.

Es cierto que los representantes sindicales (y todo el conjunto de la plantilla), tenemos una gran responsabilidad en la negociación de las futuras condiciones laborales de los trabajadores que estamos a día de hoy en Kutxabank y de los que están por venir. Pero ello no debe servir de parapeto para la inacción en lugar de coger al toro por los cuernos.

Hay que evolucionar, innovar, estudiar el problema y buscarle una solución. Y sobre todo, currar.

Machacar una y otra vez con el mismo eslogan, contar siempre la misma cantinela, proponer medidas que hace años que ya no funcionan y esperar a que otros nos firmen el Convenio, no es la vía por la que apostamos en PK.

Tenemos que adaptarnos a los tiempos y buscar medidas que permitan mantener el empleo y las condiciones laborales, sabiendo que los límites, en estos momentos, son muy estrechos, pero que tenemos la obligación de hacerlo mejor que nunca.

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