Aunque parezca mentira, llega un nuevo verano en la andadura de Kutxabank. Y a pesar de las predicciones de los Nostradamus de turno, seguimos sin un convenio único (en Vital y Kutxa tenemos un convenio vigente hasta finales de 2013). Y, lo más jodido, sin perspectiva de tenerlo.
La totémica fecha del 7 de Julio está a la vuelta de la esquina y habrá que ver si la estrategia del banco se mantiene como hasta el momento actual (aplicar en BBK lo pactado en Vital y Kutxa) o se plantean un plan b, de consecuencias imprevisibles en este momento.
Lo cierto es que esta falta de convenio denota un fracaso colectivo. No solo hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo con la empresa, sino que entre los grupos sindicales sigue existiendo abismos que cada día parecen acrecentarse.
Las políticas generalistas, sin tener en cuenta nuestra situación empresarial, nos están llevando a un callejón sin salida de difícil solución.
La estrategia de “cuanto peor, mejor” parece estar saliendo victoriosa en esta situación, llevando a los trabajadores de Kutxabank a un futuro laboral incierto.
La actitud bbkariana (empresa y sindicatos) de considerarse los “putos amos del cotarro”, están determinando una estrategia de incomprensión y enfrentamiento, muy alejada de la política de acuerdos y pactos a la que estamos acostumbrados en Vital y Kutxa.
Alguien tendría que poner un poco de orden y buen juicio, tanto en la empresa como en los sindicatos, para evitar desacuerdos que nos lleven a un incierto futuro. En la situación actual es necesario que el conjunto de la plantilla tenga definidas unas claras reglas de relación laboral que nos permitan centrarnos en mantener este negocio que nos da de comer, apoyando a nuestros clientes y manteniendo la Obra Social.
La integración operativa, la reducción de los SSCC, el cierre de oficinas, los traslados, las actitudes autoritarias de determinados jefes y la permisividad complaciente de sus superiores, los brindis al sol del presidente del banco y un Consejo de Administración que baila al son que marca, siguen marcando un presente complicado y un futuro incierto.
A ver si los calores veraniegos, la playa y el descanso ayudan a la reflexión y cambiamos radicalmente le paso. No vaya a ser que luego nos vengan con la milonga de que “tocan elecciones” (sindicales, porque a los otros no los elegimos, que si no…) y todo el mundo se enroque.
Salud.
creo que el sentir general de los empleados de kutxabank es de auténtico hartazgo. Estamos hartos de los sindicatos, sean del palo que sean, y de su ineficacia y desunión.
La empresa tiene que estar dando saltos mortales……..de alegría
Alberto, aún respetando tu opinión (sólo faltaba), echo de menos en tu respuesta ese «hartazgo» por las medidas que está tomando la dirección de esta empresa y la pasividad del conjunto de la plantilla. O crees que sólo los sindicatos,,por el hecho de serlos, tienen fuerza? Si no existe detrás una implicación conjunta de los trabajadores,,,, ya me dirás. La pelea por nuestras condiciones laborales y personales es de todos, no vale echar balones fuera, pasar de todo y luego criticar, no me parece justo, lo siento.
Yo si fuese el empresario, si daría saltos de contento teniendo esta plantilla tan sumisa.
Un saludo, sin acritud.