Ayer se firmó en Bilbao una modificación del Acuerdo Laboral de Integración, que recoge modificaciones en los apartados de prejubilaciones y suspensiones de contrato.
A pesar de que con lo firmado ayer 150 compañeros más pueden acogerse a la prejubilación, no deben interpretarse estas modificaciones pensando en los que se van, sino con una visión global, de cómo nos afectan a los que nos quedamos.
Deben servir como un prólogo para un convenio que se está resistiendo en exceso dada la dificultad de la situación económica y su complejidad.
La salida de compañeros en la recta final de su carrera debe generar un «destensionamiento» de la cuenta de resultados, que permita abordar las negociaciones con una visión de futuro, no deformada por las urgencias coyunturales.
En esta línea, la modificación de la cláusula de suspensiones de contrato debería activar otra herramienta con el mismo objetivo.
Tampoco hay que olvidar que de esta forma también se aborda el problema de los excedentes de plantilla generados por la integración, con medidas voluntarias.
Como colofón a estas modificaciones se ha recogido en el documente un compromiso de defensa del empleo más allá del vencimiento del Acuerdo Laboral el 31-12-2014.