Comienza el año y, para solucionar problemas que no son nuevos, Kutxabank,  amparándose en la legalidad que le da carta blanca en cuanto a movilidad, se dedica a parchear y chapucear de una manera que lamentablemente se está convirtiendo en habitual.

Nuevamente nos encontramos con una veintena de traslados de Gipuzkoa a Bizkaia, desde los que van con algún tipo de “promoción”, a los que pasan de ventanilla a ventanillo. Esto no tiene ningún sentido.

Por otra parte, esta vez hay media docena de personas que van a hacer el camino inverso, de Bizkaia a Gipuzkoa. Pero, ¿en qué quedamos? ¿no faltaba gente en Bizkaia?

Todo ello adornado con niveles de falta de transparencia lamentablemente habituales, y una pésima calidad en la comunicación: comunicando mejoras donde no las hay, manifestando ignorancia sobre las repercusiones económicas, enterándose alguno de su traslado por medio de compañeros,…

Las necesidades de personal que existen (también en Gipuzkoa, pues los ratios que dicen que sobra gente no se los creen ni ellos, y los niveles de eventualidad en puestos estructurales así lo demuestran) no se pueden solucionar moviendo fichas al tun tun ya que provoca que un amplio porcentaje de la plantilla esté haciendo kilómetros para poner parches. Y eso no es eficiente, es una chapuza.

La gestión de la plantilla debe ser planificada, nuestro objetivo es participar en esa planificación y para ello trabajamos, aunque no nos encontremos más que con zancadillas en el camino, y si lo que se pretende realmente es mejorar en eficiencia, nada mejor que hacerlo mediante contratación y prejubilaciones, como venimos defendiendo en todos los foros en los que estamos.

Desde PK estamos a disposición de todos los afectados para apoyarles y aclarar cualquier duda que puedan tener.

Ya va siendo hora de dejar los parches y comenzar a funcionar como la empresa eficiente, sostenible y razonable que queremos ser.