La falta de una comunicación clara y oportuna a sus trabajadores por parte de Kutxabank propicia la propagación de rumores y bulos
En una colaboración del número anterior de pk se apelaba a que sobre todo son nuestro conocimiento y nuestro criterio como trabajadores de Kutxabank, los que nos deben ayudar a separar del polvo de la paja en el bombardeo de información no oficial que recibimos. Efectivamente, somos todos suficientemente mayorcitos.
Pero no debemos olvidar que es la propia Kutxabank con su política de comunicación interna la que propicia el caldo de cultivo ideal para la propagación de rumores, bulos y leyendas. La forma más eficaz de neutralizar las poco fiables comunicaciones informales es a través de una información verdadera, clara y oportuna por los canales oficiales. Pero la empresa pasa de hacerlo. Lo que nos lleva a pensar que esta situación de desinformación permanente es deseada por Kutxabank, aunque algunos no seamos capaces de ver en qué le beneficia a la empresa, sus trabajadores y sus clientes.
Pero vayamos por partes. Para empezar, ¿se ha definido una política oficial de comunicación interna en Kutxabank? Visto lo visto, leído lo leído y oído lo oído, preferiría que no. Que fuera simplemente una de las tantas cosas pendientes de hacer en la integración. Porque si es que sí y las actuaciones de la empresa en cuanto a comunicación interna obedecen a una política previamente elaborada, no me podría parecer más errónea.
Hemos tenido cambios en el comité de dirección, desapariciones de áreas, reorganizaciones de otras, movimientos de personas de todo tipo y a todos los niveles, salidas incentivadas de otras etc. que de acuerdo con los responsables de la comunicación interna de Kutxabank no requieren ni comunicación, ni explicación alguna a los trabajadores. Y a veces, los clientes preguntan. Y en función de a quién lo hagan, a falta de un mensaje oficial, las respuestas que reciben pueden ser hasta contradictorias. Eso sí, en algún caso, nos enteramos de lo que pasa por el periódico, gracias a una nota de prensa que la propia Kutxabank ha tenido a bien enviar a los medios de comunicación. Pero a los de dentro, ni agua.
Nos cuentan que está previsto que periódicamente se celebren unos encuentros digitales en los que cualquier trabajador de Kutxabank podrá preguntar al directivo de turno, lo que crea conveniente. Inauguró esta iniciativa Mario Fernández el 19 de abril. Desde entonces, no sabemos nada más. De todas formas, corremos el peligro de que iniciativas puntuales como ésta se acaben convirtiendo en la coartada de la dirección de Kutxabank , para no avanzar nada más en el terreno de la comunicación.
Y todo esto ocurre con el agravante de que la comunicación interna de Kutxabank es responsabilidad de la Dirección de Recursos Humanos. Uno, en su inocencia, podría creer que esta decisión se debe a que la altísima dirección de Kutxabank (entiéndase Mario, Nacho y su entorno más íntimo) consideran que una comunicación interna oportuna y adecuada es una herramienta básica para que las personas que trabajamos en Kutxabank:
- encontremos la motivación necesaria para seguir dando un buen servicio a nuestros clientes a pesar de la que nos está cayendo, desde dentro y desde fuera.
- avancemos en la deseable identificación con la nueva empresa y su nueva cultura.
- nos impliquemos en nuestro trabajo para conseguir que el éxito de la integración sea algo real y no sólo esté en los papeles.
Ya sabemos que la cosa está achuchada. Pero conseguir todo esto, no es nada caro. Lo único que hace falta es que la dirección de Kutxabank quiera y que además de decirlo, se lo crea y se ponga a ello.
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